LEYENDA JAPONESA DE TERROR

KUCHISAKE-ONNA.

Si bien son muchas las versiones que existen, desde que ella engañó a su marido y este decidió castigarla como que por celos la castigó aún cuando ella no hizo nada, todas coinciden en un mismo punto. Al grito de “¿Piensas que eres hermosa?”, el marido decidió cortar la boca de su mujer de oreja a oreja, provocando que esta huyese al bosque para nunca más saberse de ella.

Una noche oscura y silenciosa, en una pequeña ciudad japonesa, el joven Hiroshi caminaba solo por las calles vacías después de su clase nocturna. Las sombras de los árboles parecían alargarse más de lo habitual, y el aire se sentía pesado, como si algo invisible lo estuviera observando. Mientras aceleraba el paso, una figura apareció frente a él. Era una mujer alta, vestida con un abrigo largo y una mascarilla que cubría la mitad de su rostro.

La mujer lo miró fijamente y, en un tono suave pero inquietante, le preguntó: «¿Soy hermosa?». Confundido y sin saber cómo reaccionar, Hiroshi asintió lentamente. La mujer levantó sus manos y retiró la mascarilla, revelando una sonrisa macabra que se extendía de oreja a oreja, con cicatrices frescas y dientes afilados que parecían brillar en la oscuridad.

«¿Y ahora?», susurró la mujer, inclinándose hacia él. Hiroshi sintió el frío de la muerte rozando su piel mientras intentaba responder. Sabía que cualquier respuesta podía ser su final. Recordó lo que sus compañeros habían mencionado sobre la leyenda de Kuchisake-onna, la mujer de la boca cortada. Desesperado, le dijo que aún la encontraba hermosa, con la esperanza de que eso lo salvaría. La mujer sonrió, pero su expresión se volvió aún más siniestra.

«Entonces…», murmuró mientras sacaba unas tijeras de su bolsillo, «¡serás como yo!» La risa espectral de Kuchisake-onna se mezcló con el grito de terror de Hiroshi, que resonó en la noche hasta perderse en el silencio absoluto.

La leyenda dice que Kuchisake-onna aparece con el rostro cubierto, generalmente con una mascarilla, y se acerca a las personas para preguntarles: “¿Soy hermosa?” Si la persona responde «sí,» ella se quita la mascarilla para revelar una boca desgarrada de oreja a oreja. Luego vuelve a preguntar si aún la consideran hermosa. Dependiendo de la respuesta, las consecuencias varían: si la persona dice «no,» Kuchisake-onna los ataca con unas tijeras, y si dicen «sí,» les hace un corte similar al de su rostro.